Nosotros
La Red educativa internacional EDUCAR está constituida por más de 100 centros educativos de la Familia agustino recoleta en América, Europa y Asia: universidades; colegios de educación infantil, primaria, secundaria, bachillerato; centros de formación profesional e iniciativas educativas de carácter solidario-social.
Nuestros educadores
El educador agustiniano cree en el hombre y en sus posibilidades, se considera mediador y, desde una perspectiva alegre, humana y comprensiva, suscita el diálogo que encamina al alumno hacia el conocimiento, hacia la verdad. Basa su misión en la creencia absoluta de que el amor potencia
Nuestros estudiantes
El alumno agustiniano ama la verdad y por ello la busca desde la inquietud y la libertad responsable. Humilde y receptivo pero dialogante y participativo, comienza su camino en el conocimiento de sí mismo para dirigir su vida con sentido trascendente.
Nuestra misión
EDUCAR tiene por objetivo principal fomentar la relación y colaboración entre los centros educativos de la familia agustino recoleta. Buscan, también, investigar y difundir los principios de la pedagogía agustiniana, colaborando con los centros educativos en la formación del profesorado.
Pedagogía Agustiniana
La Pedagogía agustiniana se basa en un proceso integral (espiritual, intelectual, moral y de la voluntad) encaminado a hacer emerger y dinamizar, mediante la fuerza cognitiva del amor, todas las potencialidades latentes en el alumno.
Esta pedagogía no es un proceso desinteresado con un fin en sí mismo. Es un proceso que conlleva una responsabilidad con la vida. De ahí la amplitud de su alcance y de sus objetivos.
Actúa en una dimensión intelectual, cuando lleva al conocimiento de las cosas en primer término para después llegar al conocimiento de Dios. Actúa en una dimensión moral, cuando orienta al hombre hacia una conducta ejemplar por encima de meras palabras o intenciones. Actúa en una dimensión de la voluntad reorientándola, ya que el saber no es suficiente para mejorar, desear o amar a Dios.
La pedagogía agustiniana encuentra en el amor el principal motor para su desarrollo. El amor arrastra y potencia la actividad de conocer y a la vez da sentido y dinamiza la búsqueda que el hombre emprende: aproximarse al amor de Dios. Asimismo, encuentra su ámbito de actuación en el hecho de que la naturaleza humana se puede perfeccionar y que el alma contiene en sí infinitas potencialidades que puede hacer aflorar.